HISTORIA

 

Arte Abstracto

El arte abstracto es el contrario del figurativo (es decir, la representación de objetos identificables mediante imágenes reconocibles). Por tanto la abstracción no representa «cosas» concretas de la naturaleza sino que propone una nueva realidad. Propone un «arte puro» mirando más allá de nuestra realidad.

Si bien desde el primer arte elaborado por el ser humano ya tenemos ejemplo de abstracción (desde las cuevas prehistóricas hasta las decoraciones en iglesias románicas), es oficialmente Kandinsky el primero en teorizar sobre esto (aparte tenemos a los neoplasticistas o a los suprematistas, y un poco antes figuras aisladas como la de Hilma af Klint).

El arte abstracto existe independientemente de la realidad, la aleja. El arte abstracto no representa nada en realidad, pero como eso es imposible (¡hasta un lienzo en blanco representa algo!) los artistas abstractos tiraron (tiran) por dos vertientes diferenciadas:

Por un lado al arte abstracto expresivo: subjetivo y espontáneo, improvisado a veces, donde el protagonismo es de la expresividad del artista, que prescinde de estructura y se vuelca en el gesto, el material y el sentimiento que provoca la obra. Es por tanto altamente ambigüo e interpretable.

Por otro está el arte abstracto geométrico: que pretende ser objetivo y universal, planificado, en la que la composición es estructurada y que evita toda expresividad mediante el uso de la geometría. Suele defender una factura impersonal y pretende evocar claridad y precisión.



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