Renuncia al figurativismo o naturalismo
El arte abstracto renuncia por completo al figurativismo al prescindir de representar objetos reconocibles. De esta manera, atesta un golpe contra la tradición occidental que, hasta el siglo XIX, se basaba en la imitación de la naturaleza.
Protagonismo de los elementos plásticos
En el arte abstracto, el protagonismo lo tienen los elementos plásticos en sí, sobre los cuales se carga todo el peso significante. La línea, el punto, el color, el plano, la geometría (plana o espacial), el material y la composición son el foco de interés del artista, y no meros recursos para referir elementos externos a la obra.
Espíritu contemplativo centrado en lo estético
El arte abstracto promueve un espíritu contemplativo ante las formas artísticas en sí mismas, una contemplación capaz de apreciar y acoger la dimensión estética de una obra como un valor autosuficiente.
Liberación del arte respecto del tema
Al eliminar el referente, esto es, al renunciar a la representación de objetos, el abstraccionismo libera al arte de la subordinación al tema. Con ello, afirma la posibilidad de que sea valorado con absoluta autonomía. De este modo, deja atrás la idea de trascendencia artística asociada a los grandes relatos (religión, mitología, historia e, incluso, narrativas psicológicas en algunos casos).
Libertad compositiva
El enfoque del arte abstracto favorece la originalidad y la libertad absoluta de los artistas en materia de composición plástica. Por ello, el abstraccionismo agrupa tendencias totalmente diferenciables entre sí que, además, han logrado impactar en la cultura visual contemporánea.
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